Una central hidroeléctrica es una instalación que permite aprovechar las masas de agua en movimiento que circulan por los ríos para transformarlas en energía eléctrica, utilizando turbinas acopladas a los alternadores.
Según la potencia instalada, las centrales hidroeléctricas pueden ser:
- Centrales hidráulicas de gran potencia: más de 10MW de potencia electrica.
- Minicentrales hidráulicas: entre 1MW y 10MW.
- Microcentrales hidroeléctricas: menos de 1MW de potencia.
Una central eléctrica no almacena energía, sino que la producción sigue a la demanda solicitada por los usuarios. Como esta demanda es variable a lo largo del día, y con la época del año, las centrales eléctricas pueden funcionar con una producción variable. Sin embargo, la eficacia aumenta si la producción es constante; para ello existe un camino para almacenar la energía producida en horas de bajo consumo, y usarla en momentos de fuerte demanda, mediante las centrales hidráulicas de bombeo. Estas centrales tienen dos embalse situados a cotas diferentes. El agua almacenada en el embalse superior produce electricidad al caer sobre la turbina, como antes se indicó, cubriendo las horas de fuerte demanda. El agua llega posteriormente al embalse inferior, momento en que se aprovecha para bombear el agua desde el embalse inferior al superior, usando la turbina motor, si fuera reversible o el alternador.
La primera central o planta generadora hidroeléctrica que produjo
electricidad para consumo público se instaló en Inglaterra (1880). Sin
embargo, la energía del movimiento del agua ya se usaba para hacer girar
ruedas hidráulicas que hacían funcionar máquinas sencillas como un
molino.
Las mejoras en los generadores y turbinas hidráulicas hizo que las centrales mejoraran su rendimiento, lo que resultó fundamental para cubrir la creciente demanda eléctrica que surgió a principios del siglo XX.
Así, la primera central de importancia (en tamaño y rendimiento) se construyó en 1895, en las cataratas del Niágara (EE.UU.).
En 1920, las centrales hidroeléctricas generaban ya una parte importante de la producción total de electricidad. La primera central hidroeléctrica en Chile (y la segunda en Sudamérica) fue Chivilingo (hoy VIII Región), se inauguró en 1897 y estuvo en funcionamiento hasta 1976.
Las mejoras en los generadores y turbinas hidráulicas hizo que las centrales mejoraran su rendimiento, lo que resultó fundamental para cubrir la creciente demanda eléctrica que surgió a principios del siglo XX.
Así, la primera central de importancia (en tamaño y rendimiento) se construyó en 1895, en las cataratas del Niágara (EE.UU.).
En 1920, las centrales hidroeléctricas generaban ya una parte importante de la producción total de electricidad. La primera central hidroeléctrica en Chile (y la segunda en Sudamérica) fue Chivilingo (hoy VIII Región), se inauguró en 1897 y estuvo en funcionamiento hasta 1976.
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